Emociones negativas y positivas es ya una terminología anticuada. Ahora deberíamos hablar de emociones beneficiosas y perjudiciales. La ira, la rabia, la frustración tradicionalmente catalogadas como emociones negativas pueden según el contexto ser beneficiosas para determinados aprendizajes.
El impacto de las emociones en nuestro día a día es ya una afirmación que nadie discute. Y como estas pueden favorecer o disminuir procesos de producción, de rendimiento y de enseñanza- aprendizaje.
El reto como educadores, formadores es liderar, fomentar y/o potenciar la aparición a la superficie consciente las emociones mediante la creación de espacios, contextos y relaciones de confianza y respeto entre iguales.
El autoreconocimiento es el primer paso hacia la autogestión de las emociones y el autocontrol. A partir de este escenario el individuo puede controlar y gestionar sus procesos de enseñanza-aprendizaje intrapersonal y posteriormente interpersonal.
En el siguiente clip vemos la potencia de las neuronas espejos a la hora de copiar, imitar comportamientos.
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